Algunas anecdotas de Quito

miércoles, 13 de octubre de 2010


Después de dejar embarcado a Erick en el bus que lo llevaría hacia Otavalo donde de seguro lo esperaban nuevas aventuras a mi en particular me esperaban otras y de otro tipo, había pasado por una muy grata experiencia haciendo una de las cosas que más disfruto hacer que es aventurarme a lo desconocido, por ahora estaba medianamente satisfecho y desea pasar un tiempo en familia y junto a los míos encontraría algo de diversión y paz. Habían pasado años desde mi última visita a Quito, siendo las primeras horas de la noche estaba con paso acelerado en busca de mi primo que hace pocos segundos me había llamado preguntando sobre mi parada, después de un rápido saludo fuimos camino al parqueadero donde me esperaba mi tía. El frío estaba en su auge y desde el sur nos esperaba un singular viaje de 45 minutos hasta el norte de la ciudad.

Ya habiendo llegado a casa fui informado sobre los recientes cambios en el sector y casa, luego de una corta llamada a otro de mis primos para que viniera a casa con algo de bebidas nos pusimos al día con respecto a mis últimas actividades. Tuve la oportunidad de mostrarles algunas de mis fotos del Chimborazo a mi tía y primo, luego de algunos minutos llego Carlos quien con bebidas en mano abrió la sesión “Empina el codo”; pasados los minutos y las bromas ofensivas características entre nosotros y la familia en general pedimos una pizza (en realidad dos) y hambre para esos momentos me superaba, quizás por eso sentí que fue la pizza más deliciosa que había probado hasta ese momento. Una vez arreglado mis cosas y el lugar donde descansaría aproveche a tomarme un baño de agua caliente, para luego seguir conversando con mis primos, al momento tenia en mente visitar al menos el teleférico el día sábado ya que el domingo tenia previsto otro tipo de actividades.


Era sábado por la mañana siendo casi el medio día pude abrir los ojos, no había dormido así en días y en verdad necesita esas horas de sueño, luego de un rápido desayuno me dispuse a leer algunas de las revistas y libros de uno de mis primos, para ese entonces uno de los dos había regresado de la calle y se dispuso a jugar World of Warcratf mientras trataba de explicarme algo respecto al juego decidí entonces mostrarle una de las series que estoy viendo actualmente la cual se llama “How i met your Mother”, después de una maratón de capítulos vino mi otro primo de su trabajo para salir a comer algo y pasar por el teleférico, iríamos solo con mi tía y luego nos reuniríamos a la hora de la comida. El camino al teleférico fue tranquilo, sin trafico que nos impidiera el paso; luego de parquear el carro fuimos a la boletería y no seria grande mi sorpresa la diferencia de precios que hay para nacionales y extranjeros. Me encamine entonces con mi primo hacia la fila mientras bromeábamos sobre los avisos de advertencia nos hacían trepar en grupos de 5 a 6 por cabina que descendía, ya para cuando había llegado nuestro turno nos toco ir con dos señores y el hijo de uno de ellos; fue así como comenzó el paseo de 15 minutos aproximadamente donde no se reporto mayor novedad, pero algo de lo que pude percatarme fue la viva curiosidad del niño que iba con nosotros, el viaje hasta la cima había generado algunas preguntas que su padre no dejo de contestar, detalle que sin duda me dejo ver lo mucho que aprecia a su hijo; si muchos padres fueran así de atentos y pacientes con sus hijos no dudo que este seria un mejor mundo donde vivir. Casi en la cima mi primo me había recordado que en el patio de comidas tenían oxigeno para quienes tuvieran problemas para respirar, pero luego de haber pasado por lo que pase en el Chimborazo esta de más decir que estaba bastante aclimatado. Ya habiendo llegado nos dispusimos a recorrer el sector.



Algo de lo que me había percatado era la ausencia notoria de negocios y locales comerciales tanto en las cercanías del “Vulcano Park” como en la cima del teleférico, por lo que supo decirme mi primo se debía más que todo a que como toda atracción turística el teleférico tuvo su momento y una vez pasado el mismo los comerciantes tuvieron que retirarse por obvios motivos, aunque para serles francos note bastante movimiento de personas y no parecía ser una atracción desprovista de total llamativo, es más… habían tanto extranjeros como ecuatorianos disfrutando del lugar. Se nos había cruzado por la cabeza pedir un café pero decidimos dejarlo para después, ahora estábamos apreciando a Quito en todo su esplendor, mi primo supo señalarme cada sector de la ciudad así también como de algunas notas de interés sobre cada una de ellas, seguimos la ladera y para ese instante había una inusual formación de nubes que no dude en capturar en fotografías. Iban cerca de nosotros un grupo de extranjeros y llegamos a los 10 minutos hasta un lugar donde alquilaban caballos, mientras el dueño del caballo nos ofrecía una vuelta en el mismo unos dos extranjeros estaban sentados y recostados más allá del pasamanos de protección y luego preguntan que como y por que personas del extranjero sufren accidentes en mi país y hasta llegan a morir por imprudencias como esas.




Desde el lugar donde estábamos pudimos apreciar una mejor vista de la ciudad, otros llegaron y se animaron a dar una vuelta en caballo por los alrededores, por nuestro lado habíamos emprendido el camino de regreso mientras grababa el recorrido, pero pronto los vientos se hicieron más fuertes. Habíamos llegado a la fila y para ese entonces habían muchas personas esperando para abordar la próxima cabina, nos toco esperar y aproveche el momento para hacer una llamada… ya para cuando fue nuestro turno de trepar los vientos estaban demasiado fuertes por lo que el movimiento de las cabinas se había detenido un par de veces, además de movilizarse a mayor velocidad; ahora estábamos descendiendo y pude grabar la mayor parte del recorrido, ya para cuando habían pasado unos 10 minutos nos percatamos de un carro blanco abandona en el parqueadero, algo sin importancia pero en el momento si causo algunas carcajadas preguntándonos que quien habría sido el tipo que lo haya dejado estacionado tan arriba y que para colmo lo haya dejado olvidado. Ya en la parte inferior nos esperaba mi tía y en un puesto de snacks compre una bolsa de doritos limón que nunca habían probado y que rápidamente generaron adicción a ellas, justo antes de subir al carro empezó a caer una fuerte lluvia; ahora estábamos camino al quicentro para comer algo y disfrutar de un café ya para cuando habíamos salido pasamos por algo de beber y llegamos a casa. Esa noche me acosté tarde ya que habían algunas cosas que debía preparar para el día siguiente, luego de preparar mis cosas fui a dormir.

Al día siguiente me levante un tanto temprano iba a asistir a una liturgia ortodoxa, uno de mis primos fue lo suficientemente amable en levantarse temprano y llevarme hasta el lugar donde se haría la liturgia, tuve la oportunidad de conocer a la comunidad rusa en Quito y de pasar un grato momento con todos ellos; me sentí en familia y disfrutamos de un desayuno una vez terminada la liturgia; tuve la oportunidad de conocer a una chica de Serbia y conversar bastante con ella, muchos temas relacionados a nuestros hogares y países de origen; en verdad disfrute mucho de su conversación y compañía, sin conocerla mucho podía ver que era una gran persona y aunque nuestros idiomas eran diferentes con paciencia y persistencia, cada lenguaje extraño es conquistado. Ya en la tarde y luego de dejar a mi nueva amiga en su casa Salí a la plaza Foch con un de mis primos, recorrimos el lugar en carro buscando un buen bar para pasar el rato; conversamos bastante sobre la delincuencia y pasamos por algo de beber y unos doritos limón para comer en casa mientras veíamos algunos capítulos de How i met your Mother; esa misma noche emprendí un nuevo viaje, mi plan era amanecer en Guayaquil y aprovechar los pocos días de vacaciones que me quedaban para solucionar algunas cosas que me quitaban el sueño, esa noche me acompañaron mis dos primos hasta la estación de buses, en verdad no habían palabras para agradecerles la hospitalidad que tuvieron conmigo; los conozco de toda la vida y hubieron momentos en los que crecimos juntos es por eso que por muy cursi que suene se que puedo contar con ellos; ahora me esperaba un viaje de 8 horas ya de regreso en mi ciudad tendría tiempo para encargarme de mis cosas pero estaba contento por todas las experiencias vividas en esa última semana.

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