IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ORTODOXA – PATRIARCADO DE ANTIOQUIA
ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES Y TODA ARGENTINA
Buenos Aires, 25 de diciembre de 2009
CARTA PASTORAL
NAVIDAD 2009
Recibir al Nacido en Belén
“Hemos venido a adorarle” (Mateo 2:2)
Queridos y estimados hijos en nuestro Señor Jesucristo,
La encarnación del Verbo de Dios es indudablemente un misterio. Si bien su comprensión se sitúa “más allá” del alcance de una inteligencia puramente lógica y racional, es accesible a todos los fieles que saben recibirla.
En realidad, los testigos de la Navidad del Señor mostraron la verdadera actitud, digna de nuestra atención e imitación: la adoración. Tanto los ángeles como los hombres, expresaron su comprensión del misterio en la forma de recibir al Nacido en Belén: los primeros, al asombrarse, exclamaron: “Gloria a Dios en las alturas, en la tierra paz buena voluntad para los hombres” (Lc 2:14), mientras que los pastores “se volvieron, glorificando y alabando a Dios” (Lc 2:20), y los reyes se postraron ante Él y Lo adoraron (Cf. Mt 2:2).
Para los ángeles, la actitud de adoración y de glorificación se encuentra como continuación de la presencia que siempre mantienen ante el trono de Dios. Sin embargo, hay que remarcar que esta vez ellos experimentaron un indecible misterio, el misterio de Aquel que ellos servían, y por quien todo fue hecho, y que ahora se vuelve siervo, envuelto en sábanas en un pesebre.
Mientras que para los hombres, ofrecer la adoración a un niño resulta ilógico, al no tener certezas sobre la identidad de que quien está envuelto frente de uno, es nada más y nada menos que el Creador. Dicha certeza no puede provenir sino de Aquel “agente” que acompaña a Cristo, Su propio Espíritu. Es al ser iluminados por el Espíritu Santo, que tanto los reyes (por medio de la estrella) como los pastores (por medio de los ángeles) reconocieron, en el niño envuelto, el Creador de todo, y Le ofrecieron la adoración que se debe a Dios.
En esta atmósfera navideña, y contemplando esta actitud de adoración que manifestaron los protagonistas en Navidad, no cabe duda que un cristiano sincero consigo mismo se siente cuestionado por la forma que prevalece hoy en recibir la Navidad. Su alma, apretada por lo que brota de su conciencia, ofrecería al Señor, desde lo profundo de su corazón, esta remarcable confesión:
“Señor, me siento mal ante Ti. Todo en mí señala que estoy verdaderamente lejos de Ti: mi actitud, mi comportamiento, mi forma de vida así entregado totalmente a las cosas del mundo. Me acostumbré a vivir así. No dispongo de tiempo, tanto para mi verdadero descanso como para Tu adoración. Lamento decirte que no Te quiero de verdad, y más bien, no creo que el cambio sea posible.
Pero mirándote en el pesebre, Tu presencia, Tu silencio y Tu espera son más expresivos que todo discurso, y más poderosos que mi flaqueza; atraen mi corazón duro e iluminan mi pobre inteligencia, y los alientan de una imperceptible fuerza, indecible luz, incomparable esperanza. ¡Qué cosa rara! Anhelo acercarme a Ti, pero mi situación me da vergüenza: ante Tu humildad antepongo mi soberbia; ante Tu contención, mi desinterés; y ante Tu amor, mi ingratitud. ¿Acaso es por mi insensibilidad, mi insensatez y mi ceguera que me perdí tanto, y que me cuesta reconocerte en mi vida como Señor, Salvador y Dios, confesarte mi pecado y creer en la vida que proviene de Ti?
Pero, Señor, ¿no Te encarnaste para los miserables como yo? Por ello, me atrevo, y me acerco a Ti con la confianza que no me rechazarás. Me pone mal que el buey y el burro estén más cerca de Ti que yo. Sí Señor, tardé en ofrecerte mi corazón como pesebre. Si bien te lo había ofrecido en el momento de bautizarme y de recibir la santa confirmación y comunión, pero Te perdí. Ahora quiero aprovechar Tu Navidad, y adorarte en el pesebre donde siempre Te encuentras, nuestra Iglesia. Formaré parte de aquellos que Te ofrecen la acción de gracias por excelencia: la Divina Liturgia; me prepararé, me confesaré y participaré de Tu Navidad, con estas nuevas vestimentas. De ahora en más, no faltarán en mi corazón alabanzas, agradecimiento y glorificación. ¡Gloria a Ti, Señor, Gloria a Ti!”.
¡Qué reencuentro maravilloso! Sin duda, la experiencia de esta alma es didáctica y ejemplificadora para todos nosotros. Nos hace falta saber recibir al Nacido en Belén y ofrecerle realmente la adoración que Le corresponde. Es la única actitud que nos puede salvar de la adoración idolatra que se fomenta imperceptiblemente en nuestra vida. Por ello, hay que “salir de nuestro lugar”, como los reyes de oriente, y “dejar nuestras cosas” como los pastores a su rebaño, para poder tenerlo a Cristo como eje central de nuestra vida, y venir humilde y concientemente a adorarlo en la Iglesia, y recibirlo adecuadamente en el misterio de la Eucaristía.
¡Ojala este misterio renueve nuestro compromiso, por el inefable amor de Dios y Su inalcanzable humildad! ¡Feliz Navidad a todos!
+ Metropolita Siluan
Arzobispo de Buenos Aires y toda Argentina
(Mensaje anual del arzobispo Metropolita Silouan para su diocesis)
Mensaje del Monseñor Siluan
Verdes Prados.
Verdes prados y el cielo en nuestras manos, puedo sentir más cerca el cielo mientras mas permanezco a tu lado; corriendo a través de la vida y en verdes prados extiendes tus manos para poder sostener las emociones de quien en vida te regala el sentimiento de una mirada a tu corazón. Pequeño ser con una flor adornando tu lizo cabello me invitas con una sonrisa desvergonzada a participar de lo bello y colorido de la vida.
Autentica y delicada cual flor de rojos rasgos, una a una caen las lagrimas que derramas en una esquina de tu cuarto esperando al príncipe que demuestre amor en sus versos y una vida de sacrificios por ti, la niña de mirada dulce pero acertados reflejos que mira en mi corazón y a quien no le puedo ocultar pesares y males. Me enseñas que cada pesar que superamos es una manera de resplandecer juntos.
Aunque muriera hoy o si te perdiera mañana quiero disfrutar de tu compañía en verdes prados para así sentir el alegre de tus ojos y tu corazón a quien fielmente sigo por que en ti confió ciegamente, preguntándome si el amor puede abandonar el estado de un ser incompleto como lo es el del ser humano. No necesito de una promesa para seguir a tu lado mas si requiero sentir tus labios para saber que sigues conmigo bajo un cielo tan azulado; cubierto de alas blancas que lentamente reposan en el campo de rosas en el que jugamos y con el viento jugando con tu pelo, solo se me ocurre abrazarte y decir que te amo.
Verdes prados y el vació en nuestras manos, puedo sentir mas lejos el recelo mientras mas cerca te siento mi cielo; huyendo de la sociedad y detrás de tus ojos caramelo, extiendo mis manos para alcanzar al menos tu gracia compuesta de un fuerte carácter; el de un ser cercano al cielo y mi fe puesta en tus arrebatos. Me dejarías colocar una flor en tu pelo para adornar tu vida mi ángel? Voy falleciendo si mal de salud estas, cura tus heridas y sigue en pie que quiero vivir mí querida, mi luz de verdad.
Si la vida te ha golpeado confía en que ahí estaré curando tus heridas, si la vida te deja sin fuerzas o sin fe confía en que ahí estaré para consolarte dulcemente con una caricia en el rostro y decirte delicadamente que nunca estarás sola, el amor no abandona a todos, mi cariño te cubrirá de la lluvia y compartiré mis alegrías y emociones para que así no fallezcas con las oscuras ideas de quien niebla tiene en su corazón.
Siento que mentí cuando dije que el tenerte lejos era el estar en verdes prados, sin ti no hay sol ni campos floreados; Solo pesares y angustias humanos.
Regresa a mi lado y acepta mi mano. Eres tú a quien yo amo…
-Copyright Leo Strife-
Mas Fragmentos del mismo Libro.
Capitulo 2.-
El Camino; Pág.166 – 168:
El periodista amaba la poesía. Sabía muchos poemas de memoria y los recitaba para si y para los demás todas las noches. Leía bien, en una voz maravillosa cuya entonación revelaba la verdadera alma del poeta. Leyó a Blok, Brasov, Pasternak, Simonov, Gumilev, Lermontov, Esenin, amaba a estos poetas sobre todos los demás. Mientras recitaba, proyectaba su voz, se hacia clara, expresiva, dando importancia a cada una de las palabras y frases. Incluso un poema bien conocido parecía diferente cuando el lo leía y era escuchado como si fuera la primera vez. Lo recuerdo recitando “La mujer Desconocida” de Blok. Lo escuchábamos y nos olvidábamos de donde estábamos; nos olvidábamos de las barracas, del frío, del hambre, del encarcelamiento, transportados a la antigua San Petersburgo todos juntos con la “Mujer Desconocida”.
Te recuerda los tiempos pasados
Su sombrero con plumas de avestruz
Y su fina mano con anillos,
Ella camina despacio, entre borrachos,
Siempre sola, sin amigos,
Exhalando perfumes y rocío
Se sienta cerca de una ventana.
Escuchando a el, parecía que estábamos sentados allí y veíamos a esta mujer. Cuando recitaba a Esenin, acompañaba a este infeliz poeta, de alma enferma; su profunda pero exhausta amabilidad llenaba el alma de su poesía, el dolor y la tristeza de una vida vivida sin sentido.
El periodista recitaba diferentes poemas, pero yo recordaba uno en especial de Simonov, “Espera por mi, que volveré”. Cinco o seis personas sentadas a su alrededor, hablaban. Alguno le pidió que recitara un poema. El hablo por algunos pocos minutos, y de repente paro, perdido en sus pensamientos, era obvio que había recordado algo y dijo, “Recitare uno de Simonov”. Lo acuerdo recitándome este poema en 1942, en el frente de batalla. Era un poema de guerra:”
Pero espera y espera bien.
Espera cuando llueva amarillo
Trae tristeza,
Espera cuando este soplando la nieve,
Espera cuando haya mucho calor,
Espera cuando muchos ya no sean separados,
Y olvidados.
Espera cuando las cartas no lleguen
De lugares lejanos.
Espera sola cuando aquellos que esperaban contigo
Estén cansados de esperar.
Escuchábamos las primeras líneas sin prestar atención, pero entonces la profundidad de su lectura y calidez de las palabras nos cautivaron. La vida del campo a nuestro alrededor, la desesperanza, la desesperación nos hacia acordarnos de nuestros seres queridos y despertó en nosotros nuestro pasado, tan lejano.
En contra de toda esperanza.
Deja que los que no esperaron por mí,
Crean que fue la suerte.
En la lectura su voz era alta y llenaba gran parte de las barracas, así que otros muchos prisioneros se unieron al grupo de la audiencia.
Cada uno, inmersos en sus piropos recuerdos, raramente se atrevía a respirar, para no perderse una palabra. Todos pensaban en sus familias, hogares, los que Vivian en libertad: “¿Estaban esperándome? ¿Se acordaran de mí? Oficialmente estoy muerto. Ya no estoy en ninguna lista”.
La voz continuaba:
Como en medio del fuego,
Tú me salvaste
Esperando por mí.
Como sobreviví seré conocido
Solo por ti y por mí
Tú simplemente supiste esperar,
Como ninguna mujer supo.
El periodista termino, bajo la cabeza y cayo en sueño. Los que estaban a su alrededor silenciosamente y despacio volvieron cada uno a su litera.
Un hombre alto, de unos cuarenta años de edad, inesperadamente dijo, “¡Yo sobreviví la guerra, estuve tiempo en el hospital, luche por Rusia de nuevo!. Le escribí a mi mujer: “¡Volveré---espérame!” Y aquí estoy, con mi esposa todavía esperándome, pero ¿Cuál es el punto? Estamos aquí atascados en este campo especial, y esto es para siempre”. E inesperadamente termino con, “¿Quién sabe, si a lo mejor saldremos de aquí?”
Capitulo 3.-
Los Hijos Espirituales; Pág.234 – 235:
El Padre Arsenio se detuvo y me dijo: “¿Recuerdas la muerte de la Madre Maria?” y sin esperar respuesta continúo. “He visto mucho a lo largo de mi vida, he conocido a muchas personas y he podido aprender algo único de cada uno de estos encuentros, algo nuevo, algo enormemente necesario y profundamente instructivo. Siempre percibí la voluntad de Dios, Su gran sabiduría y Su providencia”.“No ha habido grandes ni pequeños encuentros. Una personas humana es siempre una persona humana y, quienquiera que sea, esta hecha a la imagen de Dios y esto siempre permanece con el. Lo que pasa es que en unos casos los pecados hacen palidecer esta imagen; en otros casos, el gran poder de los esfuerzos del hombre en el nombre de Dios puede hacer que el este hombre brille como un ángel de Dios. He encontrado tales siervos de Dios tres veces en mi vida. Mis encuentros con ellos fueron una alegría espiritual, un enriquecimiento y una revelación de Dios mismo”.
“De todas y cada una de las personas que he conocido he sacado algo bueno, he cogido lo mejor, se me permitió aprender algo de cada una. Pero la confesión del monje Mihail en el campamento, mi encuentro en el extremo norte con el sencillo sacerdote pueblerino Padre Oían, y ahora mi encuentro con Madre Maria fueron revelados para mi, fueron momentos espirituales decisivos para mi, los cuales me han hecho entender y evaluar de una forma totalmente nueva la existencia, las personas, y mi propio itinerario de vida”.
“Escuchaste a la Madre Maria contando su propia historia, pero pude ver que no la apreciaste y no la entendiste al principio. Su vida te pareció banal, común. Tú no fuiste el único: su propia familia la vio del mismo modo. Cuando estas cerca de una montaña puedes ver las piedras que la componen, no la montaña en su totalidad; es lo mimso con la vida de una persona”. “Piensa sobre su vida, revísala seriamente. Fue una negación absoluta de si misma; no vivió para si, solo para Dios y las personas que estaban a su alrededor. De niñita, de joven huérfana, siempre quiso pertenecer a Dios. Fue una joven que vivió en una casa rica de un terrateniente y todavía anhelaba una vida en Dios, Fue novicia en un monasterio, mujer de la limpieza en una iglesia donde el sacerdote quiso violarla, trabajadora, enfermera. Donde quiera que estuvo, sus pensamientos siempre volvían hacia Dios y se disolvía su propio “Yo” completamente en la vida de otras personas; la abandonaban por ellos, Esto es lo que tu no has entendido de su historia, lo que no has sentido”.
“Mientras escuchaba su historia me conmoví mucho. Estaba sorprendido del poder de su espíritu y su constante anhelo de Dios, el cual vence todos los obstáculos y todas las posibles dificultades. Su última confesión me abrió incluso más la perfección de su alma, su gran humildad y su amor por los demás, Todo esto vivido en la vida diaria, en medio del hombre sencillo que nos rodea y de la moderna y destructiva vanidad de vanidades. El hecho de que sus acciones fueran desconocidas, la humildad y el sentido esfuerzo sostenido por la Madre Maria”. Lá madre Maria sabia ser paciente.
Esto es lo más importante en la vida de un cristiano: Saber lo que es ser paciente y no pensar que lo que estas haciendo es difícil. Mientras haces el bien a otras personas solo tienes que recordar que el que esta sufriendo y necesita tu ayuda es tu hermano. Tú le llevas la ayuda no por ti mismo sino de Dios y en su nombre. La Madre Maria sabía como hacer eso. Olvidándose de su misma. Escuchando su confesión, estaba contentísimo y mi espíritu se elevaba. Incluso sus pecados, y tenia algunos, eran la prueba del valor de la persona en su comportamiento, ya que peleaba el buen combate para corregir estos pecados mostrando así la victoria del espíritu sobre la carne, de la fe sobre el pecado”.
Fragmentos de un Libro.
Capitulo 1.-
El Campo de Prisioneros; Pág.46 - 50:
-Los supervisores los agarraron y los arrastraron fuera de las barracas. Avsenkov y Sazikov se atrevieron a salir de la línea y decirle al oficial: “Camarada oficial, se van a morir congelados en este frío, No los puede enviar a esa celda”. El supervisor golpeo a los dos tan fuerte que volaron mareados contra la pared de la barraca.
Iván el marrón bajo la cabeza. El miedo se apodero de el cuando se dio cuenta que su propia gente de la barraca lo mataría por esto.
El padre Arsenio y Alexei fueron arrastrados y empujados dentro de la celda de castigo. Ambos se cayeron, dándose en la cabeza contra la pared. Dentro estaba completamente oscuro. El padre Arsenio se levanto y dijo: “Bien, aquí estamos. Dios nos ha traído juntos. Esta frío, Alyosha, y hay metal en todo el alrededor”
Escucharon cerrarse la puerta de afuera, el clic de las cerraduras y las voces y los pasos de los guardias que se retiraban. El frío los agarro y les contrajo el pecho. La luna dejo ver su luz a través de la pequeña ventana con barrotes de hierro que había en la celda.
“Nos vamos a congelar, Padre Arsenio” se quejo Alexei. “¡Es por mi culpa que nos vamos a congelar! Los dos vamos a morir. Necesitamos seguir moviéndonos, brincar hacia arriba y hacia abajo, pero va a ser imposible hacer esto por 48 horas. Me siento muy débil, abatido. Mis pies están ya congelados. No hay espacio aquí, casi no nos podemos mover. Padre Arsenio, nos vamos a morir. ¡Son inhumanos, seria mejor que te fusilaran!” El padre Arsenio estaba callado. Alexei trato de brincar, pero esto no lo calentó. No había esperanza de tratar de resistir tal frío.
¿Por qué no dice nada, Padre Arsenio? Grito Alexei.
La voz del Padre Arsenio se escucho como si estuviera lejos: “Estoy rezando a Dios, Alexei”.
“¿Por que hay que rezar cuando nos vamos a congelar?” refunfuño Alexei.
“Estamos aquí solos, Alexei; no vendrá nadie por dos días. Rezaremos.
Por primera vez Dios nos ha permitido rezar en voz alta en este campamento, con toda nuestra voz. Rezaremos y lo demás es la voluntad de Dios”.
El frío estaba gradualmente conquistando a Alexei y el estaba seguro que el Padre Arsenio estaba perdiendo la cabeza. El Padre Arsenio estaba de pie ante el rayo de luz de la luna haciendo la señal de la cruz y pronunciando calladamente algunas palabras. Las manos y los pies de Alexei estaban adormecidos por el frío; no tenia fuerzas en sus miembros. Se estaba congelando y ya no le importaba.
El Padre Arsenio estaba ahora callado, y de pronto Alexei escucho claramente sus palabras y comprendió que esta era una oración. Alexei había estado solamente una vez en la iglesia por curiosidad. Aunque su abuela lo había bautizado cuando niño, su familia no creía en Dios. No tenían interés en materia religiosa. No sabían lo que verdaderamente era la fe. Alexei era un estudiante, miembro del KOMSOMOL. ¿Cómo podía el creer?.
A través del adormecimiento y del dolor de los golpes que había recibido, Alexei podía escuchar claramente las palabras que decía el Padre Arsenio: “Oh Señor, ten misericordia de nosotros, pecadores. ¡Dios, siempre misericordioso! Señor Jesucristo que por tu amor te hiciste hombre para salvarnos a todos. A través de tu in deducible misericordia, sálvanos, ten misericordia de nosotros y sálvanos de esta cruel muerte, porque creemos en ti, nuestro Dios y nuestro creador”, Y así eran las palabras de las oraciones, y cada una de estas palabras se encontraba el amor mas profundo y la confianza en la misericordia de Dios, y la fe incondicional en El.
Alexei empezó a escuchar las palabras de la oración. Al principio estaba perplejo, pero gradualmente empezó a comprender. La oración calmo su alma, le quito el mido a la muerte, y lo unió al viejo que estaba a su lado.
¡Oh Señor, Jesucristo, nuestro Dios! Tu has dicho con tus puros labios que si dos o tres se ponen de acuerdo para pedirle al Señor la misma cosa, tu padre Celestial le concede la oración, porque tu dijiste: “Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, estoy entre ellos”. Alexei repetía estas palabras después del Padre Arsenio.
El frío se había apoderado completamente de Alexei; todo su cuerpo estaba adormecido. No sabia si estaba parado, sentado o acostado. Pero de repente, la celda, el frío, el adormecimiento de su cuerpo entero, el dolor de los golpes que había recibido y el miedo habían desaparecido. La voz del Padre Arsenio había llenado la celda, pero ¿era una celda? Alexei se volvió hacia el Padre Arsenio y quedo maravillado. Todo alrededor había sido transformado. Le llego un pensamiento terrible: “estoy perdiendo la cabeza, este es el final, me estoy muriendo”.
La celda se había hecho mas ancha, el rayo de luna había desaparecido. Había una luz brillante y el Padre Arsenio vestido con vestiduras blancas brillantes y sus manos levantadas estaba rezando en voz alta. La ropa del Padre Arsenio era la misma que la del sacerdote que Alexei había visto una vez en la iglesia.
Las palabras del Padre eran ahora fáciles de entender, se habían hecho familiares---entraron directamente al alma de Alexei. No sintió mas ansiedad, ni sufrimiento, ni mas miedo, solamente el deseo de hacerse uno con estas palabras, entenderlas, recordarlas para el resto de su vida. No había mas celda; ahora estaban en una iglesia. ¿Cómo llegaron aquí? ¿Y cómo es que había otro más ahí con ellos? Alexei vio con sorpresa que había otros dos hombres ayudando al Padre Arsenio. Ambos estaban vestidos en las mismas vestiduras brillantes y ambos resplandecían con una luz blanca indefinible. Alexei no vio sus caras, pero percibía que eran preciosas.
La Oración lleno el ser de Alexei. Se puso de pie y empezó a rezar junto con el Padre Arsenio. Estaba caliente y era fácil respirar, y la felicidad lleno su alma. Alexei repetía todo lo que decía el Padre Arsenio, y a la vez no estaba repitiendo simplemente, sino rezando junto con el. Parecía que el Padre Arsenio se había convertido en uno con las palabras de sus oraciones, pero Alexei entendió que el Padre Arsenio no se había olvidado de el y lo estaba ayudando todo el tiempo a rezar. Alexei sintió la seguridad de que Dios existe, que estaba con ellos. Vio a Dios con su alma. Había momentos en que Alexei pensaba que ambos estaban muertos, pero la voz firme del Padre Arsenio y su presencia lo continuaba trayendo a la realidad.
El no sabia cuanto tiempo había pasado, pero el Padre Arsenio se volvió a el y le dijo: “Ve Alyosha, acuéstate, estas cansado. Yo seguiré rezando, me escucharas”. Alexei se acostó en el piso cubierto de metal, cerró los ojos, y continúo rezando. Las palabras de la oración llenaban todo su ser:… accederá a pedir cualquier cosa, y mi Padre Celestial se lo dará… Su corazón respondía en miles de formas a estas palabras: “reunidos en mi nombre…” Mientras continuaba rezando, Alexei pensaba de vez en cuando: “Si, si, no estamos solos”.
Todo estaba quieto y templado, De momento, sin saber de donde, apareció su madre. Lo cubrió con algo caliente. Sus manos cogieron su cabeza, y ella lo apretó contra su corazón. El quería hablar con ella, “¿Madre, puedes escuchar como esta rezando el Padre Arsenio? He aprendido que Dios existe. Yo creo en El”.
Como si ella lo hubiera escuchado hablar, le respondió, ¡Alyoshenka! Cuando te apresaron yo también encontré a Dios, Esto es lo que me ha dado la fuerza para vivir.
Todo lo que parecía terrible había desaparecido, su madre y el Padre Arsenio estaban cerca de el. Las palabras de la oración que eran desconocidas para el, ahora se reavivaban y alegraban su alma. Era importante no olvidar estas palabras, acordarse de ellas toda su vida. Alexei pensó: “No quiero estar lejos del Padre Arsenio, quiero estar siempre con el”.
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El jefe del campamento, el doctor, el jefe del sector especial y el comandante se acercaron
……….
“¿Están vivos?” pregunto el comandante maravillado “¿Cómo pudieron sobrevivir aquí por dos días?”
………
Uno de los supervisores grito: Salgan. El Padre Arsenio y Alexei caminaron fuera de la celda. Los supervisores se quitaron los guantes y empezaron a registrarlos. El doctor también se quito un guante, lo puso bajo la ropa del Padre Arsenio y luego de Alexei y sin dirigirse a nadie en particular dijo: “¡Sorprendente! ¿Cómo han podido sobrevivir? Es cierto están calientes”. “El doctor camino por la celda, miro alrededor y pregunto: ¿Qué los mantuvo calientes?”
El Padre Arsenio respondió: “Nuestra fe en Dios y la oración”.
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………..
Los de las barracas los saludaron como si hubieran resucitado de la muerte.
Todos preguntaron: “¿Qué los salvo?”
Los dos contestaron: “Dios nos salvo”.
-Padre Arsenio 1893 - 1973; Sacerdote, Prisionero, Padre Espiritual-
Near to You - A Fine Frenzy
He and I had something beautiful
but so dysfunctional, it couldn't last
I loved him so but I let him go
'cause I knew he'd never love me back
Such pain as this
shouldn't have to be experienced
I'm still reeling from the loss,
still a little bit delirious
near to you, I am healing
but it's taking so long
'cause though he's gone
and you are wonderful
it's hard to move on
yet, I'm better near to you.
you and I have something different
and I'm enjoying it cautiously
I'm battle scarred,
but I am working oh so hard
to get back to who I used to be
he's disappearing, fading steadily
well, I'm so close to being yours,
won't you stay with me, please
near to you, I am healing
but it's taking so long
'cause though he's gone
and you are wonderful
it's hard to move on
yet, I'm better near to you
I only know that
I am better where you are
I only know that
I am better where you are
I only know that I belong
where you are
near to you, I am healing
but it's taking so long
'cause though he's gone
and you are wonderful
it's hard to move on
yet, I'm better near to you