Continuando con el relato anterior, ya nos encontrábamos en Montañita y habíamos dejado nuestras maletas en el hotel, era hora de buscar algo de almorzar así que después de algunos minutos de recorrer el lugar entramos a un lugar llamado “Tiki Limbo Restaurant”. Ya sentados vimos el menú para ver que platos ofrecían, como deben de imaginarse por estar en la playa lo que mas había eran platos con productos del mar; pedimos camarones apanados, pez dorado con verduras y un plato con pulpo y pescado. Ya habiendo escogido nuestros platos y mientras esperábamos nos pusimos a conversar de algunos temas relacionados a viajes a la sierra y paseos en tren, ya para cuando nos trajeron nuestros platos debo de decir que la espera valió la pena ya que fue una total delicia! Y sin lugar a dudas la atención fue de primera, la persona que nos atendió fue súper atenta y cortes; por sus rasgos me atrevería a decir que era Chilena, hicimos platica con ella por un momento preguntando temas relacionados a la vida nocturna del sector y además de algo que nos había llamado la atención y era un tatuaje que llevaba en la espalda; eran tres letras/símbolos colocados verticalmente en la esquina superior derecha de su espalda. Por un momento pensé que se trataban de letras árabes por sus formas curvas pero según ella son mas bien diseños propios de su autoría, sin duda se veía muy bien en ella y uno llega a la rápida conclusión de que un tatuaje siempre se vera bien si se sabe que diseño usar y también donde colocarlo.
Saliendo del restaurant fuimos camino a la playa, en el camino hasta la misma nos percatamos del como han florecido los puestos de cocteles y batidos a la largo de toda la calle hasta la entrada a la playa, otra cosa de la que me percate es que al parecer (y por muy loco que parezca) había mas arena de la que yo recordaba que había! Ya que para ir a la playa tenias que bajar una escalinata de 5 bloques medianos, ahora la escalinata no estaba! Pero algo llamo mucho mas mi atención y fue el sol con su imponente figura a lo lejos y detrás de ciertas nueves que daban una gama resplandeciente de colores; nos apresuramos a buscar donde quedarnos y ya habiendo encontrado puesto había llegado la hora de encarar al mar. Fuimos Robert y yo por un poco de agua salada, por los reportes habíamos escuchado que habría aguaje en Montañita y para mala suerte de muchos en verdad los hubo. Olas tan fuertes y altas que te hacían luchar cada vez con mas fuerza y sin olvidar aquellos remolinos de agua que te tragaban y a veces succionaba hacia el mar abierto. El mar estaba tan bravo que no te dejaba a veces momento para tomar aire, pero no puedo negar lo divertido que es estar ahí nadando o luchando con las olas y la vista con el pasar del tiempo fue y fue mejorando.
Ya habiendo pasado un buen rato en el mar y de tratar de meterlo a Randolph al agua ya que el pobre no sabia nadar, estaba realmente cansado! Las olas no dejaban moverse con libertad y el tratar de ir en contra de la marea solo provocaba un gran esfuerzo físico (o por lo menos para mi xD), pero de un momento a otro llego, SI había llegado el gran momento en el que el sol se estaba escondiendo y perdiendo de la vista de los vivos, era mi deber casi patriótico el sacar las respectivas fotos de la caída de sol; corriendo hasta la orilla y gracias a un aventón dado por una ola agresiva había llegado donde estaban las cosas, saque la cámara y apunte hacia el firmamento. Fueron unas 40 fotos consecutivas logrando captar muchos de los aspectos del mágico evento, estas son algunas de las mejores que logre tomar:
Cronicas de un Mágico Atardecer
viernes, 5 de febrero de 2010
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