Saliendo de Riobamba estaba viendo la singular forma que tomaban las nubes, es una de las cosas en las que siempre me suelo fijar cuando estoy de viaje; el cielo en todo su esplendor, sea este abierto, despejado o repleto de nubes grises; sea de día o de noche, totalmente vacío o lleno de estrellas. Antes de perderme en el autismo del momento el amigo que manejaba el carro cuyo nombre era Raúl empezó a conversar conmigo sobre el lugar de mi procedencia además de otros detalles base para una conversación como la carrera que seguía y universidad donde estudiaba, Raúl me supo decir que tenia a sus dos hijos estudiando en la misma universidad donde yo me encontraba con lo que tocamos el tema del pensum académico de mi carrera así también como los costos de la misma. Aproveche la oportunidad para preguntarle sobre las poblaciones cercanas a Riobamba así también de su historia; siendo una persona que trabaja con turistas debería estar acostumbrado a eso, me supo preguntar sobre los motivos de mi viaje y luego comentarle los motivos del porque lo hacia en solitario.
Pasado los minutos seguíamos conversando cuando logramos alcanzar al guía que andaba con el otro viajero, luego de presentarme con el encargado del viaje y despedirme de Raúl ayude a subir la bicicleta y el equipo a la camioneta; ya estando adentro pude conocer a Eric, un amigo de Alemania que estaba recorriendo las rutas. Como podrán imaginar no sabia español pero al menos si el ingles así que ese fue nuestro medio de comunicación, mientras el carro avanzaba pude saber un poco más sobre los últimos viajes de Eric así también como de sus travesías por la amazonia ecuatoriana y las islas Galápagos, me había comentado sobre su viaje en tren del día siguiente por lo que automáticamente ya tenia compañero de viaje, y esa es otra de las razones por las que me gusta viajar solo ya que sin querer terminas haciendo equipo con otros que buscan lo mismo que tu además siempre es más conveniente tener cerca a alguien con una experiencia más amplia en lo que a viajes y resistencia respecta. Las rutas se hacían cada vez mas difíciles y lo que antes eran valles con un amplio paisaje pronto se quedaron escondidos por la cantidad de niebla que invadía el aire, antes de emprender el viaje tenia la idea de que tal vez el lugar no estaría cubierto con tanta nieve por las lluvias de los últimos días, y justo cuando Eric decía en su español de acento chistoso “Qué bonito…” el guía nos supo decir que habíamos llegado a nuestro destino; me baje del carro para ver al Chimborazo en todo su esplendor, mire a mi alrededor y tomamos la vía que nos llevaría hasta la primera estación del volcán que estaba a unos pocos metro mas adelante. Una vez ahí subimos un poco hasta llegar a un monumento levantado en honor al alemán Alejandro de Humboldt y ahí mismo estaba una placa conmemorativa a Simón Bolívar con un extracto de su poema “Mi delirio sobre el Chimborazo”:
«Yo soy el padre de los siglos, soy el arcano de la fama y del secreto, mi madre fue la Eternidad; los límites de mi imperio los señala el Infinito; no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la Muerte; miro lo pasado, miro lo futuro, y por mis manos pasa lo presente. ¿Por qué te envaneces, niño o viejo, hombre o héroe? ¿Crees que es algo tu Universo? ¿Que levantaros sobre un átomo de la creación, es elevaros? ¿Pensáis que los instantes que llamáis siglos pueden servir de medida a mis arcanos? ¿Imagináis que habéis visto la Santa Verdad? ¿Suponéis locamente que vuestras acciones tienen algún precio a mis ojos? Todo es menos que un punto a la presencia del Infinito que es mi hermano».
«Observa —me dijo—, aprende, conserva en tu mente lo que has visto, dibuja a los ojos de tus semejantes el cuadro del Universo físico, del Universo moral; no escondas los secretos que el cielo te ha revelado: di la verdad a los hombres».
El fantasma desapareció.
Absorto, yerto, por decirlo así, quedé exánime largo tiempo, tendido sobre aquel inmenso diamante que me servía de lecho. En fin, la tremenda voz de Colombia me grita; resucito, me incorporo, abro con mis propias manos los pesados párpados: vuelvo a ser hombre, y escribo mi delirio.”
Estábamos con un buen ritmo y Erick supo darme algunos consejos para el ascenso incluyendo una forma de caminar con las manos cogidas por la espalda y además de inhalar por la nariz y exhalar por la boca y en la mayor parte del recorrido pude mantenerme en un buen estado, al parecer mi cuerpo no estaba experimentando cambios drásticos por el radical cambio que había experimentado pero a los 20 minutos la fatiga en las piernas y los problemas al respirar se habían presentado tuve que hacer una pausa para tomar aire y ajustarme las gafas y mientras Erick veía los alrededores yo recién me estaba percatando de algo… tenia nieve en mis manos, mi ropa estaba cubierta de ella y había montón de ella por todos lados! Sin darme cuenta estaba cumpliendo uno de mis más grandes sueños de viaje: estar en un Volcán y tocar la nieve por primera vez! Siempre la había visto en fotos y aunque he viajado a ciertos lugares por lo regular han sido a lugares más cálidos, pero ahí estaba con nieve en mis manos y ascendiendo al volcán más alto del Ecuador; mis ojos no podrían creer aun todo el espectáculo visual que tenían ante ellos, tuve que quitarme las gafas, quería admirar mejor al paraíso blanco que me rodeaba. Con la nariz tapada y con las manos heladas seguimos por un camino de piedras, fijándonos por donde pisábamos y agradeciendo la súper suela que tenían mis zapatos ya que gracias a la fricción que generaban al pisar me facilitaban el viaje, pero aun así la altura me estaba ganando la partida.
Mis descansos forzados se estaban haciendo cada vez mas seguidos y la temperatura seguía bajando, llego un momento que por la cantidad de neblina no podía ver más allá de 2 metros y por un momento pensé en dejarlo todo y regresar… solo cuando me percate del pensamiento que se me acababa de pasar por la cabeza logre levantarme y sentir lastima por mi, por mi cobardía y vagancia; no podría dejar de subir, simplemente no podía rendirme, debía seguir y sacar fuerzas de donde sea… quizás fue mi voluntad o tal vez mi fe pero continúe poco a poco, a un ritmo lento pero lo estaba haciendo. Desde que había salido de Guayaquil cargaba en mi maleta un icono de la siempre virgen María, la Theotokos de Vladimir; quien siempre me acompaña en mis viajes y que con su dulce mirada me consuela y da fuerzas. Con el paso de los minutos la vista se fue despejando un poco lo que me permitió ver a lo lejos una estructura, al parecer lo íbamos a lograr y con la ayuda de un amigo alemán supe que estábamos a un 80% del recorrido! Ahora el ascenso era más empinado y en el último tramo pude sostenerme de una cuerda que estaba sujetada a un muro del refugio y gracias a eso y con lo que pensé que seria mi último aliento de vida había llegado a mi destino… estaba en el refugio “Edward Whymper” y estaba a 5.000 mts. de altura! No me lo podía creer y peor aun sabiendo que no había tenido experiencias previas en este tipo de cosas, me sentía demasiado feliz y mientras Erick paso al refugio por dos tazas de té de coca (esto genero una cierta cantidad de bromas en el camino) yo fui a recorrer los alrededores, aproveche a grabar un video y también tomar algunas fotos, también encontré una gran roca donde grabar mi nombre y la fecha y al alzar mi mirada me quede impactado por lo majestuoso del panorama… sin duda todo había valido la pena.
Escuche a Erick a lo lejos y estaba con una taza de té lista para mi, al parecer llevaba algunos minutos buscándome y no lo culpo ya que a veces me dan esos momentos de perdida de conciencia cuando me quedo admirando un paisaje, procedimos a entrar al refugio para entrar en calor; el lugar era bastante cómodo y abrigador, con una chimenea, cocina y sala de estar… en ella estaba otras personas que habían llegado antes que nosotros, todos ellos extranjeros y en su mayoría alemanes. Haciéndome la idea de que era el único ecuatoriano en el lugar me senté a comer algo con mi compañero de aventuras mientras conversábamos más sobre el lugar de donde provenía. Salimos un rato donde estaban unos recién llegados con los que nos pusimos a charlar un rato; aproveche la oportunidad para sacar de mi maleta mi libreta de apuntes y empecé a escribir sobre mis experiencias en la subida, encontré una barra de chocolate la cual partí en trozos que repartí entre los presentes, entramos un rato más y pasados unos 10 minutos estábamos listos para descender de nuevo, hubiera querido seguir subiendo pero era hasta donde podía avanzar, nos esperaban otras actividades así que empezamos con el retorno el cual fue mucho más sencillo aunque no menos dificultoso ya que había mucha nieve y una que otra piedra con la que me podría resbalar (y paso) la gravedad casi me juega una mala pasada en 3 ocasiones, pero iba al ritmo de Erick quien me había aconsejado como descender deslizándome con las piernas flexionadas y así a los 20 minutos estábamos de nuevo en el punto de partida y dándome la vuelta para ver por última vez todo lo que dejaba detrás no dejaba de pensar en el hecho de que siendo un lugar con hielo permanente en mi país esta en peligro de deshielo por consecuencia de nuestros actos despreocupados para con el medio ambiente y así con los cambios climáticos y el calentamiento global se pronostica que en 50 años o un poco menos el hielo habrá desaparecido en su totalidad y eso que al menos pude disfrutar de nieve perpetua, pero aun así la situación es preocupante ya que si esto sigue así ,las comunidades cercanas perderían una de las principales fuentes de agua pura que usan para consumo y para el riego de sus cultivos. En fin se necesita de una acción en conjunto y una verdadera conciencia ecologista si queremos que tanto nosotros como nuestros hijos puedan disfrutar de tan bello espectáculo.
Luego de llegar hasta el primer refugio nuestro guía nos esperaba con nuestras bicicletas y equipo para la siguiente parte de nuestra aventura y tanto como mi improvisado compañero de aventuras como yo estábamos emocionados y antes de partir y recordando lo recién vivido en aquel gigante helado pensaba en algo que leí en el Blog de una viajera:
"Lo que se puede hacer es tan poco, que hay que hacerlo una vez aunque sea. Subir una vez una montaña. Aunque subir cueste, aunque la cuesta sea pesada, aunque respirar cueste; porque respirar se acaba."
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