Cuenca, una noche de vino y vacas locas!

viernes, 11 de noviembre de 2011


Luego de algunos meses sin poder disfrutar de un buen viaje tuve la oportunidad de pasar unos días fantásticos en Cuenca, gracias a una rápida decisión y la buena voluntad de una amiga y siendo las 3 de la mañana del 2 de Noviembre el viaje esta decidido y una hora más tarde estaba ya arreglando mis maletas. Mi buena samaritana y compañera de viajes iba a ser Marthita quien iría en un principio con 5 amigas suyas y el novio de una de ellas, estando listos el viaje por carretera comenzó cerca de las 8 de la mañana, en nuestro carro iba conduciendo un chico llamado Carlos el cual trabajaba con el papá de ella.

El viaje no duro más de 3 horas y siendo las 11 de la mañana ya estábamos en el hotel donde el grupo se quedaría. Gracias a un mensaje por Facebook que envié a una amiga que residía en Cuenca a las 3 am ya para las 4 y media tenía confirmado un lugar donde quedarme, y entonces una vez que el resto se terminara de acomodar solo me faltaba esperar a mi amiga. Su nombre es Melodie, antigua y fiel lectora de mi Blog con quien había comenzado una bonita amistad hace aproximadamente 4 años atrás y que por cosas de la vida se encontraba viviendo en Ecuador, esta seria la segunda vez que nos veríamos en persona, pero el sentimiento al verla es como tratar con un amiga de muchos, muchos años y no hay nada que me guste más que compartir momentos de mi vida con personas de mi entera confianza. Cuando ella se había bajado del taxi el resto del grupo se había adelantado a comer en un restaurante llamada el “Pavon Real” y con unas vagas indicaciones de donde quedaba el local procedimos con su búsqueda la cual culmino rápidamente gracias a la bondad de 2 señoras que gentilmente nos habían proporcionado la dirección completa.


Recuerdo haber pedido un plato de camarones y la comida en el lugar no estaba mala, lo único de lo que podría quejarme fue el tiempo de espera, luego de disfrutar de nuestros respectivos platos tomamos caminos separados, el resto tenia planes de asistir a un concierto de noche, mientras yo planeaba conocer la ciudad y obviamente liberarme un rato de mi maleta. Entonces nuestra próxima parada fue a la casa de mi amiga Melodie, cogimos un bus mientras íbamos conversando en el camino, algo que siempre me maravillo de ella fue su fluidez al hablar el español y obviamente su forma única de ser. Luego de 20 minutos de viaje habíamos llegado a su casa, un departamento con decoraciones color rosa que lo hacían parecer un sueño surreal, en la casa nos recibió la mama de mi amiga, una persona siempre presta a ayudar , agradable y de buen corazón quien aparte de su hija me hicieron sentir como en mi casa todo el tiempo. Conversamos durante mucho tiempo, hablando de como nos habíamos conocido, recordando los múltiples mensajes que nos habíamos enviado en los últimos años, intercambiando impresiones, etc. La mamá de mi amiga nos había ayudado con algunos programas sobre las actividades que habrían en la ciudad por las fiestas y luego de probar algunos dulces (Melodie tiene una gran debilidad hacia ellos) salimos hacia la ciudad.


Visitamos el centro de la ciudad, en el pude ver por afuera la Catedral de La Inmaculada Concepción siendo esta la iglesia o catedral más grande del Ecuador, hecha de mármol su edificación comenzó en 1885. En un principio Cuenca me atrajo por su arquitectura, no terminaba de aprenderme bien las calles ya que una se parecía más a la otra, caminamos y caminamos conversando de muchas cosas y luego de mucho andar entramos a una cafetería por algo de tomar lo que luego seria unas cuentas copas de vino tinto y algo de picar. El ambiente era encantador, con familias compartiendo momentos agradables y otros solitarios que trabajaban en sus laptops, por afuera en las calles todos iban y venían y nuestra charla cada vez iba mucho mejor; luego uno de los chicos de la otra mesa mostro su gusto por mi amiga pero el pequeño andaba muerto de miedo de hablarle, su padre y abuela le animaban pero eso solo lo hacia dudar más. Antes de irse el pequeño se animo y se despidió de Melodie y aun cuando era cargado por su padre desde la calle seguía despidiéndose de ella.



Como era la apertura de las fiestas de la ciudad salimos de la cafetería hacia el centro de la ciudad para ver un evento conocido como “Las vacas locas” que eran uno muñecos tipo año viejo que eran cargados por alguien y que a medida que pasaba el tiempo iban reventando y explotando en colores, antes de que ellos salieran la fiesta local era animada por la banda del ejercito nacional, Melodie se preguntaba como ellos le hacían a lo que yo le respondí: “Es el ejercito nacional, saben hacer de todo menos combatir” luego de algunas risas y algunos encuentros con amigos y conocidos de Melodie dio inicio el evento de los juegos pirotécnicos, la gente empezó a rodear a las así llamadas “Vacas locas”, estas empezarón a danzar dentro del circulo que se había formado, eran un total de dos vacas, una cafe y y la otra blanca y cada vez que se acercaban a las personas estás se asustaban por las posibles explosiones que se vendrían y una vez terminado su acto la mirada de todos los presentes se había enfocada en la torre, llena de explosivos que reventaban de variadas formas, piso por piso hasta llegar a la cima donde había uno que al prenderse salió volando dando giros en su propio eje.


Un gran espectáculo y un día digno de recordar, para ese momento estaba cansado y no soportaba mis piernas así que regresamos en taxi a la casa para descansar, nos esperaba una excursión a Ingapirca al día siguiente.

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