Donde los Angeles pierden su Camino

jueves, 27 de noviembre de 2008


El sol caía lentamente, escondiéndose del mundo por el lado oeste…aquel sol rojizo a punto de desfallecer se encontraba dando sus últimos retazos de vida iluminando la piel de todos los presentes con un color naranja. Quemado en la playa me encontraba sentado contemplando las olas ir y venir, cuando vi una sombra que antes no estaba ahí: grande y oscura como muchas a esa hora de la tarde; pero esta tenía algo que definitivamente llamó mi atención. Busqué los pies de la sombra solo para toparme con tu silueta.

Pertenecía a alguien sin voz ni finura, una figura distante a los demás que circulaban el lugar; alguien que apretaba fuertemente la toalla que la cubría sabiendo talvez que era todo lo que le quedaba de su antigua vida, digna y nostálgica. Viendo al sol morir no puedo apartar mis ojos de ti.

Recuerdo con dificultad el haberte visto dentro del mar en horas más tempranas jugando entre las olas, ofreciéndoles un baile pagano seduciendo a tu juventud. Ahora te encuentras perpleja ante los misterios de tu origen de pie e inmóvil. No querías perder de vista a ese sol moribundo, tan aferrada a tus sentimientos te encontrabas; mas fuerte apretabas los dedos a la toalla que te cubría y sutilmente mordías tus labios en el lenguaje mudo del amor no correspondido. La sangre aún corría por tus venas al igual que el agua salada por mi espalda…te preguntas si todo valió la pena, si el mundo estará mejor sin ti.

Huiste del dolor, huiste del mundo buscando la razón de tu perdido querer. En esta playa yo a la distancia trato de apoyarte con mi lejana compañía; quisiera poner mi mano en tu hombro justo cuando se te escapa una lágrima, pero se que hay ocasiones en las que es mejor estar sólo. Las horas han pasado y el agua que reposaba en mí esta a punto de secar mis anhelos de dejar este lugar. Ahora sólo estamos los dos en la inmensidad de la playa: aparece entonces la primera de las estrellas mucho antes de que el día se de por terminado; volteas tu mirada hacia mí y con un simple gesto respondes a mis plegarias.

Ha pasado ya mucho tiempo; desde entonces he vuelto a mi vida de siempre o al menos pretendo que así sea. Mi experiencia de aquella tarde aún no se olvida ahora es parte de aquellas cicatrices formadas por mil episodios de rimas .Talvez fue el destino quien nos colocó en esa misma playa buscando nuestros caminos, perdidos en el soplo de la existencia…un lugar para los moribundos de espíritu, para los perdidos en el tiempo. Pienso en que será de tu vida, si habrás encontrado el camino; si el amor abra puesto su sobrecogedora ala en ti para así guiar tus pasos hacia senderos más tranquilos ya que era paz lo que anhelabas, era amor lo que te faltaba en aquel lugar donde los ángeles pierden su camino…


-Copyright Leo Strife-

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen artículo, sigue así! XD